domingo, 7 de mayo de 2017

DEJARAS QUE TU CASA SE PIERDA?

Muchas veces los padres de familia cristianos (ya el Hombre, ya la Mujer), en el mundo actual que vivimos nos enfocamos, bajo el alegato de que ¨la salvación es individual¨, en procurar solo nosotros estar en comunión y en consonancia a los estatutos del Señor Jesucristo; olvidando de esta manera que no sólo nosotros sino también nuestra casa (Esposa, hijos y cualquier otro familiar bajo nuestra responsabilidad debe sujetarse a la palabra de Dios a la que nosotros estamos sujetos).

No es extraño ver padres cristianos cuyos hijos se encuentra inmersos en alcohol, drogadicción y prostitución, porque estos padres, cristianos, nunca tuvieron el coraje de, durante la etapa de infancia de sus hijos, llamarles la atención y reprender con firmeza conductas desviadas que pudieran haber tenido. Dejándolos a su albedrío y hoy sufren las consecuencias. 

El mundo moderno, con su entramado legal nos sustrae de la gracia del señor y pone en riesgo nuestra salvación y la de nuestras familias. Pues se entiende que cada quien es libre para hacer lo que mejor le parezca. (Desviada forma de pensar). Cuando somos en realidad, administradores de las cosas del señor, nuestra familia incluida, y por consiguiente en su momento hemos de rendir cuentas de ese bien tan preciado que Dios nos ha permitido administrar.

La palabra del señor (La Biblia) nos relata diversas historias de hombres que lograron poner orden a todos los que bajo su tutela estaban, aun de forma obligatoria, y escaparon a la ira de Dios ellos y sus familias.

El rey de Nínive, tras oír la advertencia enviada por el señor a través del profeta Jonás, ordeno cilicio colectivo en el pueblo, en el cual ni hombres, ni mujeres, ni niños, ni animales podrían comer ni beber hasta ver si el clamor llegaba a la presencia de Dios y este los perdonase por sus transgresiones. Todos escaparon en aquella ocasión de la ira del señor. (JONAS CAPITULO 3-VERSÍCULO 10).

Así mismo vemos el reinado de Josías, quien empezó a reinar a edad de 8 años sobre el pueblo de Israel, el desenfado y falta de orden que en aquel entonces tenía el pueblo de Dios, habían motivado un juicio irrefutable de parte del señor. El rey, tras tomar conocimiento de la ley y estatutos de Dios, no solo rasgó sus vestidos, sino que eliminó todas las actividades corruptas (abominaciones dice la Biblia) y más aún ordenó que todo el que se encontrase en territorio de Israel (en su casa, tu casa es tu reino) tendría que servir y sujetarse a los preceptos de Dios. De este modo el señor no solo confirmo su reino, sino que prometió no castigar al pueblo como lo había dicho. (VER 2-CRÓNICAS CAPITULO 34- VERSÍCULO 33).

Y ni hablar del magnífico Juez llamado Josué, quien consciente de las bendiciones y seguridad, actual y futura,  que produce para nosotros y nuestras familias obedecer al señor, manifestó en franco desafío a un pueblo rebelde:  Quien quiera hacer lo que mejor le parezca que lo haga¨ pero mi casa y yo serviremos a Jehová. (JOSUE CAPITULO 24- VERSO 15.

Amigo lector, no permitas que tu casa (tu familia) se pierda por falta de orden y disciplina al señor. La advertencia está hecha. Yo procurare, al igual que Josué, que mi casa y yo Sirvamos a Jehová.

Raúl Vélez Oz. 

Te invito a escuchar esta canción: 


   

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