El investigador la encontró mientras estudiaba la reacción de pacientes epilépticos al contemplar fotografías de gente y lugares conocidos. Para su sorpresa, comprobó que una neurona se activaba intensamente (con entre 20 y 30 "disparos" o impulsos por segundo) cuando mostraba a los voluntarios el retrato de la actriz norteamericana Jennifer Aniston, pero no respondía a ningún otro estímulo.
Esto implicaba que las células del cerebro pueden vincularse a un concepto específico y que, posiblemente, cada persona que vemos regularmente –nuestra pareja, amigos, parientes, famosos...– tiene su correspondiente neurona superespecializada. En otras palabras, probablemente también contamos con una para la abuela, otra para Luke Skywalker y otra que solo responde ante el tenista Rafael Nadal, por ejemplo. El experimento también funcionaba con lugares, como la torre de Pisa o la torre Eiffel.
Este hallazgo sugiere que la masa gris no solo almacena nuestros recuerdos en red, sino que algunas de sus células individuales se asocian directamente con uno o, a lo sumo, dos ítems. Observando su comportamiento se podría incluso adivinar lo que alguien está pensando, e incluso protectarlo en una pantalla, como ha propuesto el propio Quian Quiroga.
Fuente: MuyInteresante.com
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