La primera dama de Panamá, Lorena Castillo de Varela, reveló hoy que su homóloga dominicana, Cándida Montilla de Medina, es su inspiración, al igual que la de su esposo Juan Carlos Varela, en la ejecución de grandes proyectos y obras de inclusión, de amor y cariño.
“Tú eres mi inspiración. Tu experiencia y compromiso con el pueblo dominicano han trascendido la frontera de tu país. No eres una primera dama que solo corta cintas. Lo tuyo es inspirador.
El amor y el cariño que le impregnas a tus obras es un ejemplo. Pudiste lograr un gran sueño donde muchos grandes se quedan a mitad de camino. Quedamos enamorados del Centro de Atención Integral para la Discapacidad cuando vimos todo aquello”, dijo Castillo de Varela.
La primera dama panameña agregó que desde su Despacho se trabaja de manera conjunta con el Ministerio de Salud Pública para replicar en Panamá cuatro CAID.
Agregó que tiene un equipo de técnicos trabajando en la creación y construcción de esos centros, de los cuales el primero será construido en la Ciudad de Panamá.
“Mi esposo, el presidente Varela, y yo quedamos enamorados de esa obra, y de ahí surgió nuestra idea de replicarla bajo el nombre de Instituto Especializado para la Atención Integral para el Neurodesarrollo”.
Añadió que en los próximos días los técnicos panameños, encabezados por Juan Yau e Inés González, viajarán por tercera vez a la República Dominicana para trabajar y entrenarse con los técnicos del CAID.
Castillo de Varela expresó sus declaraciones al recibir en la residencia privada del Palacio presidencial de Las Garzas a su homóloga dominicana, quien se encuentra en Panamá en calidad de invitada de honor de los III Juegos Latinoamericanos Olimpíadas Especiales Panamá 2017.
Señaló que hay que ir a los propios CAID para conocer ese modelo exitoso de gestión que permite agilizar los procesos de manera sorprendente y eficaz. “Hay que ver cómo se trabaja allí con el flujo de pacientes, su gestión de calidad, evaluación integral. Pero lo más resaltante es ver cómo integran a los familiares para que aprendan a manejar a sus hijos e hijas con discapacidad”.
Los padres son integrados a los procesos terapéuticos y terminan ellos convirtiéndose en verdaderos profesionales dando amor y afecto a sus hijos, permitiendo construir una obra de amor tan grande que solo encuentra respuesta con la inclusión de esos niños y niñas en la sociedad.
Fuente: El Nacional
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