Estar alejados de estas sustancias no solo representa beneficios para la salud del corazón sino para otras patologías.
Cuando se fuma, el monóxido de carbono sustituye parte del oxígeno en la sangre, razón por la que tanto corazón como pulmones deben trabajar el doble para obtener suficiente oxígeno y distribuirlo en el resto del cuerpo.
Al hablar de tabaquismo muchos lo relacionan con cáncer sin embargo, de acuerdo con especialistas de la Clínica Mayo de Estados Unidos y su guía para un corazón saludable, las concentraciones elevadas de nicotina “hacen trabajar más fuerte al corazón al constreñir los vasos sanguíneos, aumentar la frecuencia cardiaca e incrementar la presión arterial. Apenas un cigarrillo puede elevar la presión arterial durante una o dos horas”, señala la guía de la Clínica.
En el caso del alcohol, beberlo en exceso puede aumentar los triglicéridos y la presión arterial, incrementar el riesgo de insuficiencia cardiaca y evento vascular cerebral.
Mucho se habla de beber con moderación, pero ¿cuál es la medida adecuada? Las guías médicas hablan de no más de un trago al día para mujeres o cualquier persona de 65 años o más. En el caso de los hombres, la sugerencia es de no más de dos al día.
Alrededor del vino tinto también mucho se ha hablado. Algunas investigaciones señalan que esta bebida puede tener propiedades anticoagulantes que disminuyen el riesgo de enfermedad cardiaca, sin embargo, los expertos indican que aún se necesitan más estudios.
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